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martes, 8 de enero de 2008

Todos contra la "violencia de género"

Y quiero decir, claro, contra el discriminante término "violencia de género". Porque a ver, que alguien me aclare qué demonios significa eso.

Todos los periódicos de hoy citan la noticia del homosexual gijonés acuchillado por su pareja, y algunos incluso se atreven a definirlo como un caso de "violencia machista". Sin pretender ofender a nadie, ¿es que acaso han averiguado las preferencias sexuales del pobre difunto para poder decir que su asesino era un machista? ¿No sería acaso versátil?

En un tono más serio (bueno... la verdad es que no), otros medios (patrocinados por sus esponsors, claro) debaten sobre la necesidad de acuñar un nuevo término para la violencia doméstica entre parejas del mismo sexo, ya que en este caso no hay un género que tenga una clara posición de superioridad física sobre el otro. Y la ley de violencia de género no les ampara.

Les he colado sin que se den cuenta el término que surgió hace unos años y que fue masacrado por el colectivo de marujas y amas de casa feministas: la "violencia doméstica". ¿Por qué no gusta este adjetivo? ¿Acaso recuerda a cacerolas y gamuzas? La forma en que eufemísticamente se ha sustituido la expresión "violencia doméstica" por "violencia de género" demuestra, como todos sabíamos, que lo políticamente correcto predomina lamentablemente sobre lo correcto de facto.

Según el diccionario de la RAE, lo doméstico tiene que ver con lo relativo al hogar, y si hay algo claro es que la violencia se gesta y se suele desencadenar en ese entorno, al abrigo de la intimidad y cuando la ira homicida no se ve contenida por el convencionalismo y las leyes de la sociedad y hay un abuso de poder y de confianza.

Así que veamos qué nuevo término se les ocurre a Zapatero y compañía para etiquetar la "violencia homosexual de género machista", y poder encabezar así sus demagógicas pancartas con una frase corta con gancho y tirón. Ya que fueron capaces de prescindir de lingüistas para redefinir alegremente la palabra "matrimonio", no creo que les cueste mucho hacer algo similar con esto.

Y que conste que no soy una persona a la que le importen mucho las palabras (soy de Quevedo antes que de Góngora), pero este tipo de situaciones consiguen enfurecerme. El bello idioma español, el único que es oficial en todas las comunidades autónomas de este país y que por un capricho del destino hablan más de 400 millones de personas en todo el mundo, no se merece el maltrato manipulador al que se le está sometiendo desde el periodismo y la política. ¿IgualdaZ? ¿VerdaZ? ¿ModernidaZ? Analfabetismo, diría yo, y falta de juicio crítico. Si ésta es la prometida revolución educativa... ¡que paren el mundo, que yo me bajo!

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