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miércoles, 30 de abril de 2008

Excursus lúdico

¡He sido padre de esta preciosa criatura!

Aún no le he puesto nombre. Se admiten sugerencias, pero no valen "Lucille", "Charlene" o "Gerundina" :)

Gracias a todos los que participaron en mi regalo, tanto éste como la chaqueta y el Lonely Planet de Japón. Gracias, de verdad, me he emocionado.

jueves, 24 de abril de 2008

Enseguida vuelvo

Acabar el proyecto fin de carrera no ha sido tan catártico como esperaba, pero la verdad es que estoy aprovechando para hacer ciertas chapucillas a mi casa y a mi vida que ya le iban haciendo falta, de manera que no tengo ni mucho tiempo ni muchas ganas de escribir.

Sin embargo no desesperéis, ¡oh aliento de mis musas! Creo que después del puente de semana santa ya habrán concluido los asuntillos que me mantienen ocupado y desmotivado para la escritura, y volveré a estar entre todos ustedes.

Salutem.

viernes, 18 de abril de 2008

10 años...

...pa esto:


¡Por fin!

En pocos días he leído el proyecto, se anuncia el estreno definitivo de Los Cronocrímenes, y cumplo veintiocho años. Es un buen momento para hacer cambios.

Otra vez.

Ahora ya podéis tirar las piedras y relajar la muñeca... :)

PD: Aprovecho para anunciar que probablemente mi frecuencia de posteo se reducirá en las próximas semanas. Voy a intentar invertir el tiempo que dedicaba al blog a acabar una novela corta (o un relato largo, aún no estoy seguro) de terror gótico/social que estoy escribiendo y que se va a titular "Vampiros en Villalpando". Sí, lo sé. Con un par de narices :)

miércoles, 16 de abril de 2008

El último golpe

Durante las últimas semanas he estado pagando una importante deuda con el cine: jamás había visto ni una sola de las películas de la saga de Rocky Balboa, que encumbró a Sly a las más altas cotas de popularidad del cine. Fueron los gloriosos años en los que Sly y Arnie partían un bacalao llamado Hollywood a base de ostias.

Al contrario que Arnie, que tuvo la enorme fortuna de coincidir con directores de la talla de James Cameron, Paul Verhoeven o John Millius, la carrera de Stallone, para bien o para mal, siempre ha estado asociada a su propio nombre. Ha sido el propio Sly el que ha escrito y dirigido muchas de las películas que le dieron fama. Fue la primera de ellas, "Rocky", la que le encaramó de la noche a la mañana al olimpo del éxito.

Siempre me he reído del hecho de que "Rocky" arrebatase a "Taxi Driver" los Oscar a la mejor película, montaje y dirección. Pero después de haberla visto por primera vez, mi risa ya no es tan fuerte.

Efectivamente, el primer round de Rocky es una película excelente, en la que Sly interpreta a un boxeador medio sonado, que tuvo un pequeño destello pero que actualmente se dedica a hacer de matón para un pequeño mafioso italiano. La sordidez de las calles de Filadelfia, por donde Rocky deambula liándose a golpes con la vida, enmarca el tono sucio y deprimente de la primera parte de la cinta. De repente, Rocky ve cómo todo eso cambia cuando Apollo Creed, el campeón del mundo de los pesos pesados, decide concertar un combate por el título contra el potro italiano. Apollo piensa que un combate contra un boxeador local de procedencia humilde despertará la vena sensible de un público cada vez más desapasionado con el boxeo. El único error que Apollo ha cometido es no conocer a su rival, que de repente ve la oportunidad de brillar como nunca lo había hecho antes; ve la oportunidad de dar sentido a su vida, de convertirse en un boxeador de verdad. Los boxeadores boxean. Motivado además por su recién estrenada relación sentimental con Adrian, la introvertida hermana de su amigo Paulie, Rocky se elevará del barro de los derrotados al cielo de los ganadores para enfrentarse a Creed en un combate que resonará con estrépito en los anales de la historia del boxeo.

Sin querer destripar más la película... ¡joder, mola! Rocko encarna en sus venas el sueño americano de que cualquiera puede conseguir todo aquello que se propone, pero en "Rocky" este sueño es amargo. Rocky se supera para mostrarse ante las cámaras de todo el mundo como el único boxeador que ha aguantado los doce asaltos a un Apollo Creed prepotente y engreído, sí... pero también subsiste la trágica idea de que Rocky nunca podrá dejar de ser una persona analfabeta y medio sonada, que encuentra en Adrian la única muleta en la que apoyarse y con la que reunir fuerzas para salir a correr todos los días por las frías calles de Filadelfia.

En "Rocky II" se refuerza aún más esta idea: Rocky ha ganado dinero con el combate contra Apollo, sí, pero es incapaz de administrarlo correctamente, y lo que es aún peor, incapaz de encontrar un trabajo digno. Tiene que romper sus acuerdos publicitarios porque apenas sabe leer los slogans que le han preparado, y debe terminar volviendo al almacén de carne de Paulie. La única forma de sacar adelante a su mujer es volver al boxeo, aceptando el combate de revancha de Apollo Creed.

Y aquí acaba todo.

"Rocky III" es una absurda película en la que vemos a un Rocky trajeado, mucho más culto, que tan solo lucha por amor propio: antes de morir, su entrenador le confiesa que ha elegido a rivales fáciles para que Rocky pueda mantener su título de campeón del mundo. Furioso, Rocky accede a pelear contra un Mr T. (Clubber Lang) que da aquí su salto a la pantalla grande tras llegar a la cumbre de su éxito en "El equipo A". Indignado por la actitud fatua y ofensiva de Clubber Lang, Apollo Creed decide entrenar a Rocky a su estilo: para ello le lleva al barrio negro de Los Ángeles. Y su estilo resulta ser una mezcla de baile funky y soul, en el que parece imprescindible llevar unos fardaguevos minimalistas y de look homosexual. Sic.

"Rocky IV" es más de lo mismo, solo que esta vez hay un robot gigante con voz sensual en la mansión de Rocky, y en vez de luchar en Estados Unidos lo hace en lo más recóndito de la estepa siberiana, para tumbar al hiperdopado boxeador ruso Iván Drago y vengar así la muerte en el ring de su antiguo rival y amigo Apollo Creed. Como anécdota curiosa, es la única película en la que Rocky se deja barba. Desaliñado, corre por los bosques soviets, dejando atrás a los guardaespaldas rusos que le siguen en un coche negro que se va abriendo paso por metros de nieve y de vergüenza ajena. En fin, una película más de la época del telón de acero, en el que en un (¿emotivo? ¿naïf?) final Rocky grita al público ruso: "habéis venido aquí a ver pelear a dos hombres. Pero yo pienso que es mejor uno contra uno, que un millón contra un millón. Si yo he cambiado, y vosotros habéis cambiado, creo que todos podemos cambiar". O algo así, no sé.

"Rocky V" se hunde de forma definitiva en la miseria más profunda e insondable: incapaz de boxear por una especie de tara (recuerdo del último combate con Drago), y sumido en la ruina económica por culpa del estúpido Paulie, Rocky es tentado por el mánager del actual campeón del mundo para volver al boxeo y enfrentarse a éste. Sin embargo Rocky no accede, y se limita a entrenar a un chico de la calle que le pide que le entrene. Poco a poco, Rocky empieza a revivir la emoción del combate a través de los ojos y los puños de su pupilo, y consigue hacer crecer a éste hasta el punto de hacerle pelear por el campeonato de los pesos pesados, y vencer. Claro que, justo antes de esto, el pupilo de Rocky abandona a éste para irse con el mánager del ex-campeón. La victoria, sin embargo, tiene el sabor amargo de saber que no ha competido contra el mejor, y por ello el ex-pupilo de Rocky va a ver a éste para retarle. Resultado: una pelea callejera en la que lo único que faltan son las navajas de mariposa y las patadas en el estómago. Un final aparentemente victorioso para Rocky, pero vergonzoso para Sly: un derrotado que ya ni siquiera puede luchar contra sus rivales en el ring, y tiene que conformarse con una pelea de gichos para poder desatar su furia.

"Rocky V" se estrenó en 1990, y hemos tenido que esperar al año 2006 para ver la continuación de la saga del potro italiano. Y tengo que decir que probablemente sea la mejor película de toda la serie. Tal vez incluso mejor que la primera. No me voy a extender aquí, porque hay millones de artículos sobre la película, y la mayoría coinciden con mi opinión.

"Rocky Balboa" puede tener defectos, sí, pero sus virtudes son tan grandes que se comen al espectador desde el primer minuto de la película. "Rocky Balboa" es la historia escrita con las tripas del propio Sly. "Rocky Balboa" es la historia de un luchador, de alguien que nunca ha dejado de luchar, y al que la vida ha derrotado, al menos aparentemente. "Rocky Balboa" es la historia de una persona que vive de contar sus antiguos combates a los comensales que acuden a su pequeño restaurante de comida italiana ("cocinada por hispanos"). De alguien que vive de la nostalgia, añorando los tiempos en los que la nostalgia no existía, tan solo había el "aguanta un asalto más". De alguien que tiene una sombra alargada, que tapa a sus propios hijos... pero que sólo es sombra.

Y sin embargo...

También es la historia del alguien que se sabe derrotado, pero que sabe que lo único que importa es aceptar el combate, y no el resultado del mismo, y que el día que no pueda aceptar el reto, será el día en el que no sólo esté derrotado, sino también acabado.

"Rocky Balboa" es la única autobiografía que veremos de Silvester Stallone, escrita con el corazón en un puño y la pluma en el otro, volcando en el guión su nostalgia, su visión sobre la vida, el éxito y el fracaso. Parece que Sly decidió jugárselo todo a una carta, escribiendo (como recomiendan los expertos) sobre lo que uno conoce. Y no hay nadie que conozca a Sly mejor que el propio Sly.

"Rocky Balboa", por tanto, no es tan solo una película. Es mucho más que eso. Es una experiencia de vida. No siempre agradable, casi nunca triunfal, pero que emana un olor fuerte y agridulce a sinceridad y honestidad.

A pesar de que en en este último round Rocky vuelve a ser aquel boxeador medio sonado de la primera cinta (aunque eso sí, con treinta años más de experiencia), no es inconveniente para que en la última cuarta parte de la película suelte el que, a mi juicio, es uno de los mejores soliloquios de la historia del cine...

El mundo no es todo alegría y color. Es un lugar terrible, y por muy duro que seas, es capaz de arrodillarte a golpes y tenerte sometido permanentemente si no se lo impides. Ni tú, ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que pueden golpearte, y lo soportas mientras avanzas, hay que soportar sin dejar de avanzar. ¡Así es como se gana!

Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces, pero tendrás que soportar los golpes, y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella o de nadie, porque eso lo hacen los cobardes, ¡y tú no eres un cobarde! ¡Tú eres capaz de todo!


HAZ CASO A SLY: TÚ ERES CAPAZ DE TODO



Una crítica más de Rocky Balboa en la red (fuente):

» ROUND 6

El mejor episodio desde aquella pelea del 76, tal vez porque no se parece en nada a los 4 últimos rounds. En esta ocasión, Rocky y Stallone regresan a pelear y a actuar de verdad, aprovechando la fotografía de la Ciudad de Filadelfia y la emotividad cosechada por una treintena de años.

En la vida real, como en el argumento, nadie esperaba nada del semental italiano; es decir, ya nadie aguardaba nada de Rocky y mucho menos de Stallone. Muchos productores rechazaron el guión y tomaban una última cinta del gladiador italiano como una mala broma y un fracaso asegurado.

Es Joe Roth, cabeza de Revolution Studios quien cree y hace realidad la frase del orgullo de Filadelfia "...One more round."

Es así que el sexto capítulo ve la luz, tratando de recuperar la esencia del personaje, presentando una analogía de Rocky con Stallone; un estrella que llegó a la cima demasiado rápido y por ende, el éxito, la fama y la soberbia le arrollaron, dejando después de tres decadas, simplemente un hombre vapuleado que debe demostrar que puede dar una batalla más.

Esta batalla llega en la cinta por azares del destino, cuando tras un simulacro de computadora entre el campeón actual y Rocky (en sus mejores tiempos), el resultado es un KO para el garañón. Sobra decir que la indignación del campeón y la ambición de sus publicistas deciden buscar a Stallone para un combate de exhibición y...

Rocky Balboa, mucho mejor título que Rocky VI, triunfa sobre sus cuatro predecesoras porque no es la típica cinta del invencible, no es Rocky brincando la cuerda y golpeando la pera bajo los clásicos acordes orquestales, no. Esta nueva realización es una fotografía de las ruinas que quedan de los hombres tras una larga historia de boxeo, ruinas que no se limitan a lo físico, sino a la moral y a lo mental; campeones que viven de ayeres, de triunfos idos, de nostalgias jab y recuerdos gancho... porque, después de todo ¿qué le queda a un luchador cuando la lucha se ha terminado?

Por otro lado, para nadie es un secreto que Talia Shire no regresa para esta película. La roca sobre la que el héroe se levantaba, ya no lo es más, quedando sólo el hombre que amanece solo en una cama fría. Lo que podría parecer un error, se convierte en un acierto, porque esta ausencia, más que los demoledores golpes de sus adversarios, es lo que ha diezmado a Rocky, quien sin saber cómo llenar ese vacío, comienza nuevamente a escuchar a su bestia interna, aquella que quiere seguir y recibir más castigo a cambio de continuar en la batalla.

La cinta funciona gracias a un guión inteligente que si bien no es creíble, sí es humano. A esto puede sumarse una buena actuación de Stallone y otra de Burt Young, el cínico y terrenal Paulie, último eslabón del excampeón con Adrian.

Milo Ventimiglia, a quien muchos recordarán por sus apariciones en Gilmore Girls, es Rocky Jr, quien a pesar de lo trillado y cuadrado de su personaje logra ser creíble e interviene en una secuencia clave para el corazón de la cinta, un diálogo donde su padre le explica el funcionamiento de la vida en un modo de hablar que Rocko jamás antes utilizó. Sorprende no sólo aquí, sino en toda esta cinta pelea, la cantidad de buenas frases y diálogos inteligentes... que digan ahora que 30 años son nada, ja.

Debo decir que yo tampoco creía que Stallone pudiera lograr un regreso digno después de ver su contínua espiral descendente. Vamos, el mismo actor, ya instalado en una faceta más humilde, declaró hace poco que las cintas 3 y 4 no fueron buenas y que la 5 simplemente fue decepcionante. Creo que nadie creía que podía lograrlo, igual que el boxeador de su historia, sin embargo, Rocky Balboa ha salido a dar su última gran pelea. La campana suena y la batalla comienza una vez más.

miércoles, 9 de abril de 2008

Gonzo

Vale, sí, admitámoslo: a GonzoTBA se le ha ido la pinza...

Claro que también es cierto que a todos nos ha pasado, probablemente en muchísima menor medida, lo que vomita en su última entrada.

En realidad creo que lo que Gonzo quiere dar a entender es distinto de lo que Gonzo escribe. El lenguaje es un invento humano y no está diseñado para describir cosas divinas, por eso Gonzo utiliza metáforas visuales y parábolas.

Entonces, ¿y si...?

No, no puede ser.

Ya, claro.

Pero.

Es curioso. Gonzo habla de sincronicidades. Hoy he escrito esto en un mail a una amiga: "De mi cumpleaños no te digo nada porque este año no sé si lo voy a celebrar. Aunque paradójicamente va a ser uno de mis cumpleaños más... no sé si decir felices, pero desde luego sí liberadores. Me siento una auténtica persona libre, en todos los sentidos de la palabra. Éste ha sido el año en el que he dejado de mirar las aguas de la corriente que me estaba arrastrando para levantar la cabeza y ver la orilla y lo que hay más allá de ella. Y voy a nadar, a fe que sí. A lo mejor son sólo palabras huecas, pero estoy en un momento pletórico y quiero aprovecharlo. No, no me he metido en una secta ni nada por el estilo, creo que si hace algún tiempo tenía alguna duda de fe, ahora soy un ateo convencido. Se trata de otra cosa mucho más importante."

Creo que Gonzo se ha vuelto loco. No hay más que ver la publicidad de AdSense (en el momento en el que leí el post las cuatro entradas de la derecha de AdSense estaban relacionadas con clínicas o tratamientos para la ansiedad. ¿Otra sincronicidad?). Pero también dicen que sólo los niños y los locos dicen la verdad. Con Gonzo me he sentido sintonizado en más de una ocasión. Lo único que puedo hacer desde aquí es apoyarle y decirle que aquí en Madrid tiene a un lector, a un amigo, a un desconocido preocupado por él, pero al mismo tiempo extrañamente feliz. Sí, sé que estoy escribiendo esto y que debería sentirme avergonzado por "mercadear" con las ¿desgracias? de una persona que, además, las publica en la red. Pero me encojo de hombros y no lo borro, y no lo borro porque es la verdad, y la verdad (frase trillada pero cierta como pocas) nos hace libres. Tal vez sea una irresponsabilidad publicar esta entrada, y tal vez mañana mismo me arrepienta y tenga que retirarla, pero después de leerme de carrerilla el post de Gonzo lo único de lo que he tenido ganas es de escribir exactamente lo que he escrito.

Hasta mañana.

lunes, 7 de abril de 2008

Al otro lado

La putada de este juego al que llamamos "Vida" es que sólo se puede jugar una vez, y ganes o pierdas no hay segundas oportunidades: cada decisión que tomamos marca los siguientes 200 metros de nuestro futuro.

Al final, los que tienen suerte trabajan en lo que les gusta y para lo que valen, y el resto (la mayoría) trabajan en lo que pueden. "Los boxeadores boxean". Por desgracia (a menos que crean en los viajes astrales) no podemos dejar de ser nosotros mismos por unas semanas para probar lo que se sentiría siendo otra persona, con otros valores, otras amistades, otro trabajo, otras preocupaciones y otras prioridades.

Hace tiempo Iván escribía en su blog un artículo sobre lo que molaría poder gastar el x% de tu vida siendo una persona y dejar el (100-x)% para ser otra completamente distinta. Quemar la corbata y ponerse el turbante... o algo así. Supongo que es el sueño de cualquier consultor, aunque la mayoría lo decimos sólo porque resulta gracioso decirlo. Claro que todos en algún momento lo mandaríamos todo a tomar por culo, pero a la hora de la verdad hay que ser una persona con dos cojones para hacerlo de verdad. Por cierto, yo siempre he dicho que cuando leyese mi Proyecto Fin de Carrera iba a cambiar de registro mi vida. Muchos pensaríais que era una vacilada, o que nunca iba a terminar el Proyecto para no tener que cumplir mi promesa. El caso es que probablemente lea el lunes 14 de abril, así que a partir de ese día tenéis cancha libre para:

a) reclamarme unas cañas/sidras de celebración

b) obligarme a ser honesto conmigo mismo por una vez en la vida.

Pero en realidad de lo que quería hablar en este post era de otra cosa. El motivo por el que empecé a escribir esto hace ya un par de días fue que unos meses atrás asistí a un evento de Fidelización de Clientes en el hotel NH de Príncipe de Vergara de Madrid ([inserte aquí su publicidad]).

Podría ser el típico evento de formación, pero lo que lo diferenció de otros eventos es que a éste fui... ¡de azafato! Sí amigos, nuestra directora de marketing se puso enferma (estaba embarazada de pocas semanas), y me tocó el marrón de cubrir su puesto a la entrada de los salones donde se celebraban las distintas conferencias y charlas.

Y gracias a eso pude ver otra parte del mundo de la empresa que nunca había podido apreciar hasta entonces: el servicio de azafatas, el mundo de los organizadores de eventos, la disposición de los folletos publicitarios, el catering, los chicos de suministro... El momento de más alivio es cuando el último asistente entra a la charla, y sólo entonces las azafatas (un saludo, Diana) y los azafatos pueden sentarse o tomar un refrigerio, si es que las usualmente estrictas normas del organizador de eventos (IIR en nuestro caso) lo permiten. Y el momento más estresante probablemente sea el final de las conferencias, cuando sabes que no vas a volver a ver a ese tipo al que le tienes que dar el pendrive con la documentación del congreso y que no se te puede escapar.


Gracias a mis charlas con la azafata que se quedaba por las tardes, pude descubrir un poco más este mundo de envidias y trabajos mal pagados de sol a sol, en muchas ocasiones sin poder sentarse casi en ningún momento. Cada trabajo tiene su cruz, y en el de los azafatos la cruz es la ausencia de derechos: sólo pueden comer a escondidas o cubriéndose unos a otros, si eso es posible, el asistente al evento siempre tiene razón, la sonrisa no puede desaparecer del rostro... Un/a azafato/a es la primera en llegar y la última en irse. Por otra parte, es un trabajo para el que no hace falta estar cualificado (salvo en temas de idiomas), y te permite conocer mundo.

También descubrí que existían empresas dedicadas a organizar eventos y a buscar espónsors, conferenciantes y asistentes a los mismos, todo en un círculo completamente automasturbatorio en el que TODOS sacan tajada: los asistentes reciben un diploma, los conferenciantes dinero, los espónsors publicidad... y el que más pasta saca seguramente es el que organiza este tinglado. La jefa de organización del evento al que asistí era una especie de señorita Rotenmeyer, terriblemente estricta con las chicas y terriblemente sibilina y melosa con los asistentes y ponentes. "Terrible" es, sin duda, la palabra que mejor la define.

Cuando el azafato o la azafata no tienen otra cosa mejor que hacer, hay una regla básica: colocar los folletos y las cuartillas de la mesa de organización. No hace falta que estén descolocadas (probablemente no lo estarán), pero el hecho de hacer el gesto es suficiente para demostrar lo buen/a azafato/a que eres. Como yo era el azafato del espónsor, iba completamente a mi bola, y así coloqué los folletos de mi compañía en disposiciones escherianas.

El tema del catering también tiene su miga. En el mismo salón confluían tres lunch distintos, y era resonsabilidad de los azafatos dirigir a los asistentes a su lunch particular. Como comprenderéis, una misión imposible. Las camareras suelen hacerse amigas de las azafatas, o al menos proveedores de ellas, porque probablemente los restos del lunch sean lo único que las azafatas vayan a comer en todo el día. Eso sí, se ponen moradas de zumo de naranja natural, que ingieren en cantidades industriales.

Un mundo, por tanto, complementario al mundo de la empresa, pero por otro lado completamente separado. Como el 70% de los que visitan esta página son consultores, me atrevo a generalizar: en nuestra vida cotidiana estamos acostumbrados a llegar cuando la sala está preparada, cuando el café está servido, cuando la documentación está en sus carpetas... Pero hasta el otro día no conocía a la gente que preparaba la sala, la gente que servía el café, o la gente que metía la documentación en sus carpetas. Y me temo que, como ésta, hay muchas más vidas que jamás llegaremos a conocer: vidas que no son necesariamente ni mejores ni peores que la nuestra, pero que por ser al menos distintas merecen la misma curiosidad e interés que puede suscitar la vida de una cantante o un actor, por ejemplo. De hecho, me atrevería a decir que la vida de estos últimos no está más llena que la de Diana, la azafata con la que estuve arreglando el mundo durante dos días, en uno de los eventos de formación humana más interesantes que he tenido en mucho tiempo.

Viejos símbolos en t iempos modernos

viernes, 4 de abril de 2008

Despedida de Tenazas, (casi) dos años después

Hay un momento en la vida de todo genio en el que se da cuenta de que se ha convertido en un artista: ese momento es cuando adquiere conciencia de que su única referencia es él mismo.

Esto nos está pasando en estos momentos a nosotros; nuestros iconos del humor ya no son los Monty Python, Faemino y Cansado o Jackass. Por narcisista que pueda parecer, el humor que más encaja con la filosofía de vida de Villafranca de los Barros es el que se produce en Villafranca de los Barros, y si no se lo creen no tienen más que ver esta pieza clásica recién extraída del olvido...

* * *


Nos llaman crueles, pero ¿a quién no le gustaría irse al otro barrio así?:


¡¡Rápidamente, dejando un gran vacío, y haciendo el máximo ruido posible!!


  • Postdata 1: La persona a la que Alberto habla al principio del video es Iván, que está escapando rápidamente de casa porque no quiere participar en lo que va a suceder. Luego esa misma persona cometería locuras mucho mayores, como llenar en el salón de un 9º piso una piscina hinchable con cientos de litros de agua, casarse o... ¡tener un hijo! :)

  • Postdata 2: El frame de portada y la cosa que aparece en el minuto 1'27'' reflejada en el cristal de la terraza es la colcha con la que servidor se intentó proteger de la posible metralla que pudiese salir despedida en nuestro Destruction Derby particular.

  • Postdata 3: Tini es nuestro portero. Un santo varón, a toda fe.

  • Actualización: Después de ver el video por enésima vez, sigo sin decidir qué me gusta más: el detalle friki de la bandera pirata ondeando en el mástil de la terraza, la cabeza de Tenazas saltando literalmente por el balcón, o el hecho de explotar un petardo "Super Heavy" en nuestra propia casa sin tener nada clara la potencia del mismo y, lo que es mejor, sin importarnos lo más mínimo.