Apoya Wikipedia Por la neutralidad de la red Apoya Wikileaks! Vota a otros

miércoles, 21 de mayo de 2008

Expomanga 2008 (2 de 3)

En estos días que han pasado desde el primer post sobre el Expomanga y hoy, he caído en picado en el juego de Los Cronocrímenes y también se me han quitado las ganas de hablar de japos. El lunes fue uno de los peores días de mi vida (el 9º o así, tampoco hay que exagerar), y el martes tampoco acabó demasiado bien: no es justo que mientras paseas sobre el verdísimo césped de uno de los parques más bonitos de Madrid de repente te entre una llamada de tu jefe reviviendo fantasmas del pasado.

Pero bueno, la vida sigue y los otakus también. En realidad, el otaku es una versión más del clásico friki comiquero y rolero. Donde antes podíamos ver a un adolescente gordo con camiseta negra comprando un comic de Druuna o un mazo de Magic, hoy podemos ver a un adolescente delgado con camiseta negra comprando un comic de Dragon Ball Z o de Akira.

Se podría decir que la diferencia más notable entre el otaku y el friki tradicional es que en la cultura otaku hay muchísimas más mujeres. De hecho, ahora que lo pienso, creo que no conozco a ninguna chica friki que no sea otaku. No conozco chicas frikis del Señor de los Anillos, de La Guerra de las Galaxias, del Enano Rojo o de la Saga Dune. Ojo, que no digo que no las haya, solo digo que no las conozco. Y que me las presenten, oigan :)


Sin embargo, otakus las conozco a cientos. Ale, eso ha sido otra exageración dramática de las mías. Pero es cierto que la cultura otaku ha explotado por el lado de las chicas.

Y lo que es más: las chicas han convertido a la cultura otaku en una filosofía de vida de la que no hay motivos para avergonzarse, cosa que no se había podido decir nunca. En otras palabras, una pandilla en la que hay chicas es una pandilla que mola.

Hoy en día, en parte gracias al fenómeno manga, ser friki está de moda. Los concursos de cosplay son lo último, la estantería de anime es la más visitada del videoclub y todo el mundo se quiere ir a Japón.

Por eso mismo los frikis han muerto. Un friki jamás se llamaría a sí mismo "friki" orgullosamente. Un friki jamás haría ostentación de su condición, porque su condición debe ser la de un paria marginado por la sociedad. Sus camisetas negras son fruto de su frustrante y espúreo intento por llamar la atención de un mundo que le asquea tanto como le seduce, pero que siempre le da la espalda. Un friki no sabe si su frikismo es lo que le ha convertido en un asocial, o si su incapacidad para integrarse en el mundo es lo que le ha llevado al frikismo.


Un friki es eso, y un otaku, que presume de ser friki, es algo distinto.

El fenómeno friki es como el punk de los Sex Pistols, y el otaku es más bien The Clash. Se parece al primero en su forma de vestir y en su apariencia, pero en el fondo su alma es Pop y tras su fachada estereotípica no queda nada de la rabia y la honestidad de los primeros.

Como el punk, el propio éxito del fenómeno friki fue su muerte. Pero, al igual que el punk, cuanto más muerto parezca, más puro será cuando renazca.


Como todo en la vida, solo es necesario esperar lo suficiente.

sábado, 17 de mayo de 2008

"Estulticia", definición:

Un concurso de escupitajos le cuesta la vida a un suizo

ZURICH, 15 May. (Reuters/EP) -

Un hombre falleció al caerse del balcón de su hotel durante una competencia de escupitajos con un amigo, informó el martes un periódico suizo.

El diario 'Blick' dijo que el joven, de 29 años, tomó carrera desde el interior de su habitación para escupir más lejos, pero perdió el equilibrio y se precipitó a la calle desde una altura de 6,4 metros.

El hombre, que murió en el hospital, sugirió el concurso cuando, junto con dos amigos, volvía de madrugada de la discoteca de su hotel en Cadempino, en el cantón suizo de Ticino, donde se habla italiano.

Uno de sus amigos se fue a dormir, pero los otros dos decidieron ver quién escupía más lejos desde el balcón de la habitación.

jueves, 15 de mayo de 2008

Expomanga 2008 (1 de 3)

Si aún no te has enterado, estoy 53º en un juego en el que los 30 primeros ganan una plaza en un avión a Canarias para viajar una (1) hora al pasado y asistir a bordo del mismo a la proyección de Los Cronocrímenes.

El sábado pasado alguien daba una pista en directo en el Pabellón de la Pipa del Recinto Ferial de la Casa de Campo, en el contexto de la presentación del juego Ninja Gaiden 2 para Xbox, en el Expomanga 2008.

El año pasado ya asistí a este evento, pero iba con la que entonces era mi pareja, que tenía alergia al negro de las camisetas de frikis y otakus, así que apenas pude estar cinco minutos respirando el frikismo del lugar.

Esta vez, sin embargo, podríamos decir que me cundió.

Al margen de la hora que estuve haciendo cola para entrar -llegué a las 12:45, y hasta las 13:45 aproximadamente no llegué al pabellón de Microsoft (habilitado en principio como guardería, sic), y donde por supuesto el evento ya había acabado, aunque conseguí que el tipo que estaba recogiendo todo el aparataje me diese (mal) la pista-, al margen del tiempo dilapilado haciendo cola, como decía, gasté unas cuantas horas en dar vueltas por el sitio, viendo todo el manga y merchandising que mueve el mundo nipón.


Lo más destacado sin duda es el culto a la estética que se podía respirar en el ambiente. Alguno podría decir, de hecho, que el manga es TODO estética y NADA de contenido. No estoy del todo de acuerdo, porque siempre hay pequeñas joyas, que son las que brillan y hacen brillar el género por encima de la mediocridad general, pero lo cierto es que podría parecerlo.

No exagero si digo que el 30 ó 40% de los asistentes (adolescentes de entre 13 y 18 años) iba disfrazado. De hecho, lo más acertado sería decir que el 80% de las chicas iban disfrazadas. El cosplay triunfa, por fin, en España. Y todo gracias a las chicas, y al acné adolescente masculino que sigue a las chicas, sobre todo a las que enseñan muslo, allí adonde van.

Efectivamente, el otaku o fan-anime no es un friki más, sino una subespecie compuesta por jóvenes chicas adolescentes fanáticas de la estética gothic/pop/flower del anime y el manga, y por jóvenes chicos adolescentes fanáticos de héroes nipones vestidos de negro y con filos fálicos de tamaños desproporcionados.


Continuará...

miércoles, 7 de mayo de 2008

¿Quién se ha llevado mi bola de mierda?

Leo en el gran blog de Gonzo www.elsentidodelavida.net:

Mi gran revelación respecto a un posible "Sentido de la Vida" llegó medio adormilado viendo un documental de la 2. No se si te lo conté: se trataba del "escarabajo pelotero". Básicamente, su función en la vida es hacer una gran bola de mierda de elefante para atraer a las hembras y poder tener descendencia. Cuanto más grande y olorosa sea, mejor le va en la vida. Hay escarabajos que no trabajan y les roban la bola a otros en una lucha encarnizada. Al final, si son los mejores, los que tienen éxito, entierran la bola a una determinada profundidad, fertilizan a una hembra que deja los huevos dentro de la pelota para largarse después y se dejan morir bajo tierra junto a la bola de mierda.

El único consejo que me atrevo a darte: decide cuál es tu bola de mierda y disfrútala. No te preocupes por lo demás, porque no importa. Sé consciente de que no deja de ser una bola de mierda, y apestosa, de acuerdo, pero será la tuya.

Esta pequeña metáfora de siesta frente al televisor me hizo reflexionar sobre la importancia de fijarse una meta en la vida. Un destino, una dirección, un rumbo; como se le quiera llamar. En el futuro escribiré más sobre el asunto. Mientras tanto, me quedo con el escarabajo empujando su bola de mierda. Es una metáfora guarra, que llama a las cosas por su nombre.

Y lo mejor es que nadie escribirá un libro que nos diga que si nos quitan la bola de mierda no nos debemos quejar sino que tenemos que buscar otra pelota en otro lugar. No puedo imaginar un best-seller en las estanterías de El Corte Inglés con el título:

"¿Quién se ha llevado mi bola de mierda?"



...O en palabras de Kubrick: "the very meaninglessness of life forces man to create his own meaning".