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domingo, 31 de julio de 2005

Nacho Vigalondo como "el esqueleto borracho"

Siempre me ha fascinado el comportamiento de la mente humana, como quedó de manifiesto en el post anterior. Los millones de años de evolución han conformado una madeja de conexiones sinápticas de tal envergadura que a veces se producen fenómenos curiosos.
El déjà vu es uno de ellos.
La creencia mística de que las casualidades no existen es otro.
Si Raquel no hubiese venido en coche y hubiese salido de casa cinco minutos más tarde, como estaba previsto; si no hubiésemos dado vueltas como tontos, buscando primero el Café del Sol, y luego el Gepetto, y no nos hubiésemos parado varias veces a mandar mensajes confusos, y vuelto a parar para mandar más mensajes confusos, y vuelto a llamar para intentar deshacer la confusión doble; y si mi prima no me hubiese mandado un mensaje diciendo que estaban en el Llavaderu; sin todas esas casualidades, es muy probable que no hubiésemos visto a Nacho Vigalondo salir de una sidrería en Gijón junto a Antonio (de queridoantonio.com -Una noche con Amenábar). Y por supuesto, si no hubiese estado Edu a mi lado, no me hubiese atrevido a saludarle, y él no nos habría contado los proyectos que nos contó (gracias sin duda al alcohol que llevaba en las venas).
El cerebro es algo maravilloso. Un ejemplo es este post, que debería haber sido sobre las anécdotas y las ideas que Nacho nos contó, y que se ha transformado en un post acerca de las casualidades místicas.
Pero si todo fue una casualidad, sigo preguntándome por qué antes de salir de casa estaba seguro de que me iba a tropezar con él, y por qué estuve hablando con Edu un buen cacho de él, de Los cronocrímentes y de su página.
Pues más casualidades, claro.
¿O qué pensábais?

domingo, 17 de julio de 2005

Doomed to be a zombie tonight

Joder. Mi cerebro a veces funciona de forma errática.
Ayer estuve navegando por internet para encontrar una foto del Doom II que sirviese de homenaje a Bobby Prince por componer semejante banda sonora. Sí, es el compositor de videojuegos como Doom, Doom II, Duke Nukem 3D o Quake. Pero la banda sonora del Doom es especialmente brillante, y se integra con los mapas de una manera acojonante. Canciones como "La muerte del demonio", "Shawn tiene una recortada" o "Ellos van a cogerte", con una personalidad tan arrolladora que a veces hacen sombra al propio juego (lo cual es difícil, ya que el Doom II probablemente sea el juego 3D más adictivo y jugable de la historia, y con los demonios más carismáticos). La mezcla de música electrónica, rock y punzadas de metal, nos retrotraen a finales de los 80, el estertor de la música heavy y las películas de zombies. Sólo quien se haya pasado noches enteras jugando entre pasillos de laboratorios militares donde se podía respirar el frío y el miedo, sabrá de lo que le hablo.
Bueno, pues el caso es que buscando una foto de la portada del Doom, encontré una retocada en la que las letras formaban la palabara "David". Coño, qué suerte, dije en ese momento. Pero hoy tengo la total seguridad de que esa foto ya la había encontrado hacía tiempo. Es más, una parte de mí -la parte errática- está segura de que el montaje lo hice yo mismo.

Sí, yo también sé reconocer los síntomas de la locura o del Alzheimer cuando los veo. Añadido a mi creciente dislexia, forma un parte clínico realmente preocupante. Estoy teniendo ahora mismo un déjà vu con el episodio de los Simpson en el que Lisa se enfrenta al hecho de que los genes idiotas de la familia se están empezando a manifestar en ella, y vuelca todos sus anhelos truncados en su diario.
Lo dicho. Errático.

lunes, 4 de julio de 2005

Diario de un asesino en serie

Tú, lector, eres mi primera víctima. Sólo hay una cosa más dolorosa que leer mis escritos: escribirlos. Así que acomódate en tu privilegiada posición de espectador pasivo y prepárate para el horror supremo. El horror... el horror...