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domingo, 22 de octubre de 2006

Despertar

El material reproducido a continuación procede mayoritariamente de los diarios y de la autobiografía de John J. Landys, escrita ésta entre 2027 y 2029 mientras cumplía prisión en el campo de refugiados de Knoxville. Como es bien sabido, unos meses después de finalizarla se suicidaría en su celda tragándose la lengua.

También se incluyen diversos artículos de prensa relacionados con el Advenimiento y fechados a lo largo de diversos años. El autor da las gracias al general J. F. McArthur por facilitarnos el accesso a la biblioteca del Bloque Sur del cuerpo de marines, y a todos los que han colaborado para que los hechos acaecidos el 26 de abril de 2026 vean la luz pública, por primera vez sin ningún tipo de censura.



* * *





New York Times, 13 de septiembre de 2000.

Los monstruos de la Guerra han empezado a surgir. Predichos desde hace años por científicos norteamericanos, no ha sido hasta las últimas semanas que el Gobierno ha reconocido la existencia de estos niños mutantes.

El ejército está rastreando los restos de las ruinosas ciudades asoladas, donde se ocultan los últimos supervivientes de la Guerra que no fueron evacuados en su momento y que, por suerte o por desgracia, consiguieron subsistir a los sistemáticos bio-ataques.

No hay día en el que las patrullas del CFDA no encuentren alguna familia, o aún peor, algún niño huérfano que ha conseguido sobrevivir mediante el salvajismo. Al lamentable estado de degradación moral en el que se encuentran estos supervivientes, hay que añadirle las frecuentes taras físicas y psicológicas que presentan; en mayor medida, los niños mutantes que nacieron después de la Guerra.

El Gobierno, además de reconocer la existencia de estos seres -a los que desgraciadamente ya no se puede considerar humanos-, ha declarado su intención de hacer todo lo posible por curar las heridas psicológicas de los afectados con tratamientos de última generación. A este respecto, la clínica liderada por [...]




Audio-diario de J. J. Landys. 12 de abril de 2026.

Hoy David no ha querido hablar de sus "sueños". Cada vez le incomoda más hablarme de ellos. Debería de estar más que acostumbrado. Al fin y al cabo nos conocemos desde hace más de veinte años.

En realidad me da igual saber qué hizo en sus "sueños", porque como es lógico, los conozco sobradamente. Pero sus reacciones en ellos han cambiado, y quiero averiguar la razón. También me preocupa el hecho de que se está volviendo más y más violento. En el último mes ha destruido tres droides, y el CFDA nos está presionando para que cancelemos el programa y firmemos la autorización que les otorgaría plenos poderes.

Lisa y yo nos hemos vuelto a negar, pero Mike cada vez está más preocupado y esta vez se ha abstenido en la votación. Esto también me asusta. Su pesimismo puede contagiarse a los accionistas y podemos perder el control sobre David.

(Pausa)

Confío en que la sesión de pasado mañana sea más fructífera que la de hoy. David se ha limitado a hablarme de sus preocupaciones de consultor, de su vida en Chicago y de sus fracasos amorosos. En realidad su vida "real" dejó de importarnos hace mucho tiempo. Exactamente desde que confirmamos que el programa de condicionamiento funcionaba perfectamente.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 1, página 16.

Cuando aquellos militares trajeron a David por primera vez a mi consulta, éste no era más que un niño asustado de cuatro años. Delgado, moreno y bajito, ya tenía esa mirada que hoy en día todo el mundo conoce. Y estaba muy asustado. Aunque ni la cuarta parte de lo que lo estábamos nosotros.

Me habían reinsertado en el ejército después de cuatro años como civil, solamente para que viese a David y les diese una opinión profesional.

Seguramente yo era el más indicado. Me había doctorado en psicología, pero la preGuerra y la Guerra me habían hecho derivar hacia el estudio de las mutaciones provocadas por el agente K72, y me había convertido en un experto.

Pero después de la Guerra había pedido la excedencia indefinida, extenuado de ver pasar la muerte a diario por mi consulta.

Y ahora volvía a estar ahí de nuevo, en las metálicas instalaciones militares en las que durante tanto tiempo había trabajado, con aquel niño asustado pero aparentemente sano sentado en el diván, mirándome fijamente con aquellos ojos grandes y castaños.




Diario de J. J. Landys. 14 de abril de 2026.

Hoy he conseguido sonsacar a David lo que planea hacer. Y me temo que supone el fin de todo el programa.

De alguna forma ha conseguido alcanzar algo que él llama "sueño lúcido". Según él, consiste en conseguir la conciencia de estar dentro de un sueño, y aprovechar esa conciencia para exprimir la experiencia del "sueño" al máximo.

Me asombra y me aterra la cosmogonía que ha llegado a crear a partir de sus experiencias. Si el sueño profundo no existe entre los seres humanos más que de forma inducida por drogas, ¿de dónde ha podido sacar David la idea para su "sueño lúcido"? No me lo explico.

Pero lo que puede derivarse de esto es que David va a empezar a ser cada vez más consciente de lo que hace en sus "sueños", y potencialmente más destructivo. Sabe que en ellos es indestructible, y el miedo a morir o a quedar en una situación humillante va a desaparecer si consigue llevar a cabo su "sueño lúcido". Y si es así, el CFDA puede ir preparando droides y voluntarios, porque creo que David tiene una gran frustación acumulada.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 3, página 34.

Todos éramos militares, y por tanto el riesgo es algo inherente a nuestra profesión. Pero cuando David transformó a la doctora Sparrow en aquel charco marrón, mi fe en que podía ayudar a aquel chico y a la humanidad se tambaleó.

David fue recluído en una celda de máxima seguridad, de la que escapó doblando los barrotes de su ventana, y volando desde ella hasta más allá de los muros de la prisión.

Fui yo quien lo capturó, y no fue con la violencia. Fue con una bolsa de chucherías cargada de anestesiante.

Efectivamente, la anestesia fue quizá la que nos dio por primera vez la idea de controlar a David mediante el sueño. Sólo tenía cuatro años, y apenas albergaría ningún recuerdo de la realidad. Los programas de Realidad Virtual estaban enormemente avanzados por aquel entonces (la preGuerra había hecho avanzar a la humanidad a un nuevo escalón tecnológico9, y en unos meses estuvo listo el primer prototipo que controlaría a David dieciséis horas al día.

El primer día que conectamos a David al sistema de RV y le conectamos el programa de condicionamiento, muchos pensaron que no funcionaría. Llevaban razón. Pero durante veintidós años todos nos engañamos pensando que lo habíamos conseguido.

El orgullo volvía a ser un pecado capital. Y como muchos habían predicho, lo que acabaría con la raza humana. Acertaron de nuevo.




Diario de J. J. Landys. 16 de abril de 2026.

Si alguna vez encuentran este diario, mi vida habría llegado a su fin. Pero es un riesgo que debo correr. No puedo permitir que ningún dato del experimento David pueda perderse por una neglicencia, aunque en ello vaya mi carrera.

Anoche David intentó llevar a cabo su "sueño lúcido". Ha ideado una serie de técnicas como contarse los dedos de la mano, mirarse en un espejo o intentar transformar a los droides en sapos.

Creemos que a las 03:15 consiguió su objetivo, de manera que lo sumimos en su sueño condicionado una vez más. Después le volvimos a dejar despertarse, pero no vimos ningún síntoma de que reconociese estar en su "sueño".

Me preocupa tanto que estoy planteándome detener el programa. No he querido comentarle nada a mis colegas de momento. Pero si la violencia de sus "sueños" sigue aumentando, es posible que algún día no sólo destruya droides, sino que mate a alguno de esos estúpidos psicólogos que se empeñan en ponerse a su alcance.

Como Lisa. No parece ser consciente del peligro que entraña estar cerca de David cuando está realmente despierto, sin ningún tipo de sedación o de programa RV reminiscente.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 7, página 104.

Creo que lo amaba. Que lo amó desde el principio, desde que le conoció. Se ofreció inmediatamente para ser su madre en el programa de condicionamiento. Nos pareció una buena idea en su momento, y yo me ofrecí para ser el padre de David.

Normalmente dos horas al día eran suficientes para programar la actividad de David durante una semana, aunque en ocasiones, cuando Lisa y yo estábamos solos con el programa, nos introducíamos en las sondas y hacíamos el amor en la RV de David.

Al día siguiente los técnicos suponían que era algo que el cerebro BFG había escrito espontáneamente. Y sólo Lisa y yo sabíamos que no era así.

En la vida real nunca lo hicimos. Los dos éramos profesionales, y hubiese supuesto un conflicto de intereses para el laboratorio y el programa del CFDA.

Pero a medida que David crecía, se fue interesando más en él, justo en la misma proporción en la que nuestra relación virtual se desvanecía. Cuando David cumplió veinte años, ella aún tenía treinta y nueve. Yo ya había pasado los cincuenta.

Fue en esta época cuando empezó a viajar a todas las fases de realidad de David. A veces tenía suerte y podía presenciar alguno de sus poderes. Aunque normalmente no era así, y era entonces cuando volvía al laboratorio de un humor de perros.

Creo que lo quería como la auténtica madre que nunca pudo ser, y que quería que David fuese algo grande, algo de lo que se hablase durante siglos.

Lo irónico del asunto es que fui yo quien permitió que esto fuese posible. Al fin y al cabo fui yo quién mató a su propia especie. Yo provoqué el Advenimiento de David.




Diario de J. J. Landys. 18 de abril de 2026.

Ya no le preocupan aquellas "pesadillas" en las que alguien le persigue. Mejor. Todavía de vez en cuando emplemos nuestros escuadrones negros cuando prevemos que va a cometer algún tipo de destrucción masiva. En esas ocasiones intentábamos acorralarlo hasta algún barranco y lo hacíamos caer por él. La presión hacía que se olvidase de sus poderes, aunque naturalmente era indestructible. Jamás se hizo el menor rasguño al caer por los barrancos o las azoteas. Y era una forma de condicionamiento natural para evitar sus ataques de destrucción.

Lisa siempre me ha censurado estas "pesadillas". Pero yo creo que son necesarias. El tiempo dirá si me he equivocado.

De cualquier modo lo que ahora le preocupa es otra cosa. Ha descubierto que cuando toma conciencia de sus "sueños", siempre termina "despertándose" repentinamente, y no es capaz de disfrutar de ellos.

No quiero creer que esté empezando a sospechar algo. Han pasado más de veinte años. El programa funciona. El programa es perfecto.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 5, página 76.

La mayoría de las veces, naturalmente, no le dejábamos libre. Le despertábamos de su RV pero le metíamos tanta JST en sus venas que apenas podía hacer algo más que babear. Luego en su sueño condicionado de RV no recordaba haber "soñado" nada. Naturalmente.

Y cuando le dejábamos libre (para estudiarle y para desperezarle un poco el cuerpo) nos cuidábamos después de borrarle todos los recuerdos que hubiese podido generar durante esos minutos. De forma que la siguiente vez que le soltásemos tuviese que empezar desde el principio.

Era necesario. No éramos monstruos. Pero si alguna vez llegaba a ser consciente de su poder... Peor aún, si alguna vez llegase a darse cuenta de que lo que él llamaba "sueños" era su auténtica realidad, su auténtico "yo"... Entonces, que Dios nos cogiese confesados.




Diario de J. J. Landys. 20 de abril de 2026.

Maldita sea. David ha destruido en pocos minutos la mitad de los decorados de la zona Este. Nos va a costar una décima parte del presupuesto anual arreglarlos, y vamos a tener que darnos prisa.

Soy de la opinión de que esta noche no deberíamos dejar libre a David.

Pero Lisa se ha negado... y Mike la ha apoyado. Creo que Mike quiere que ocurra algo para justificar el cancelamiento del proyecto. Espero que no sea una decisión que, a la larga, resulte catastrófica para todos.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 11, página 161.

El día de su cumpleaños fue cuando ocurrió lo de la chica en su programa de RV. Me lo dijo en la última sesión que tuvimos.

Él la invitó a salir, y la muy estúpida se negó. Creo que era una de nuestras psiquiatras de planta. Apenas llevaba un par de meses en el programa de RV, y nunca tuvimos claro si fue una decisión personal suya o una decisión tomada por el cerebro BFG. El caso es que David aquél día estaba muy cabreado, y no tuvo ningún problema en contármelo.

Durante unas horas pensé que David se estaba abriendo nuevamente, pero aquella noche pasó lo de Lisa, y todo se fue definitivamente a la mierda.



Entrevista con Elizabeth Campbell, 13 de septiembre de 2030. Bunker de New Hampshire.

I: Se ha hablado mucho de lo que pasó la noche del 26 de abril de 2026, pero usted estuvo allí y fue la protagonista... ejem... de lo que realmente ocurrió.
E: Sí, es cierto. Lo ha dicho de forma muy directa, pero es absolutamente cierto.
I: Lo siento si la he ofendido pero...
E: No me ha ofendido. Le contestaré. Aquél día David se sentía angustiado por el rechazo de la chica en su programa de RV, y reconozco que John quería cancelar su liberación aquella noche. Pero yo me negué y Mike me apoyó. Los motivos de Mike no me importan, pero los míos estaban claros.
I: ¿Cuáles eran sus motivos, Mrs. Campbell?
E: A diferencia de Mike, yo no quería acabar con los poderes de David, ni con David.
I: ¿Insinúa que Mike quería...?
E: Yo no hago insinuaciones. Lo afirmo. Mike siempre fue más militar que científico o doctor, y David le asustó desde un principio. Si por él fuese, hubiese acabado con David cuando sólo tenía cuatro años.
I: A la vista de lo que ocurrió después, quizás hubiese sido lo más sensato.
E: Quién sabe...
I: Estaba hablándonos de sus motivos para prorrogar las liberaciones de David, a pesar de que éste estaba dando síntomas claros de estar volviéndose cada vez más agresivo.
E: Le quería. Quería a ese muchacho. Veintidós años siendo su madre en la RV marcan una diferencia. Sé que nadie más lo comprenderá, pero... yo quería a David. No quería verlo encerrado en aquél sarcófago, con los cables saliéndole por la cabeza, durante veinticuatro horas al día el resto de su vida.
I: De acuerdo, señorita Campbell. De modo que se aprobó gracias a usted la libertad de David para aquella noche. ¿Qué sucedió entonces?
E: Habíamos pensado liberarle en la réplica de su casa RV, para que tuviese un contexto familiar y agradable. Pero... algo ocurrió...
I: ¿Qué fue lo que pasó, Mrs Campbell?
E: De repente me sentí extraña. Mi vestido había cambiado y ya no estábamos en el decorado de la casa.
I: Él lo transformó todo.
E: Así es. No era la primera vez que sucedía, y yo misma había estado a punto de morir en un par de ocasiones, pero esta vez había algo salvaje en la mirada de David.
I: Continúe, por favor...
E: Me miré al espejo y vi que mi peinado había cambiado también. Me parecía a la madre de uno de sus amigos... pero al mismo tiempo no dejaba de ser yo misma.
I: Se ha hablado de un síndrome de Edipo...
E: No es un síndrome, es un complejo. Aunque estemos en un bunker militar, sigo siendo doctora.
I: ¿Y en su opinión qué...?
E: Creo que ya intuye lo que pasó. Empezó a manosearme, y a quitarme la ropa... Pero lo peor de todo es que utilizó sus poderes para que yo desease que él lo hiciese.
I: Entonces, ¿no la violó?
E: Claro que lo hizo. En "Un mundo feliz" la gente no era feliz aunque pensase que lo era. Y yo no quería que me hiciese el amor aunque pensase que sí quería. Él hizo que creyese éso.
I: Y entonces fue cuando usted gritó...
E: Sí. Durante un segundo cesó su poder telepático, y lancé aquél grito...
I: "Déjame, David, esto no es un sueño".
E: Leyéndolo de esa forma hace que parezca algo banal. Pero sí, eso fue lo que grité. Se contó los seis dedos de la mano. Y lo creyó. Al momento.
I: ¿Usted piensa que ya lo sospechaba?
E: No lo sé. John me había sugerido algo, pero yo no sabía qué creer.
I: ¿Podría decirnos qué ocurrió a continuación?
E: Antes de que los escuadrones negros pudiesen actuar, él los vio, o tal vez los intuyó.
I: Los mató.
E: No exactamente. Los volatilizó. Con un solo gesto de su mano. Como quien aparta una mosca que le molesta. Y acto seguido... se volvió loco.
I: ¿Cree que...?
E: Oiga, lo siento mucho, pero estoy terriblemente cansada. Si me disculpa, me gustaría descansar un rato.
I: Naturalmente, Mrs Campbell. Muchas gracias por su tiempo.




"De cómo maté a mi propia especie y otras atrocidades" (J. J. Landys). Capítulo 13, página 266.

Fue una noche de destrucción violenta y desenfrenada. Pero todo el mundo sabe ahora que David volvió a nuestras manos aquella noche. La violencia lo había extenuado.

El general J. F. McArthur me llamó esa misma noche, y dijo que hablaría con el presidente para que el programa fuese suspendido inmediatamente. Cuando me lo dijo, iba escoltado por dos hombres armados.

Ahora sé que debería haber borrado los recuerdos de David, como las noches anteriores, y haberlo conectado a la RV y a su monótona vida de consultor en Boston, con sus amigos virtuales y su familia, hasta que llegase la orden del presidente y David fuese sentenciado a morir.

Pero no pude hacerlo. Cuando el general se fue, dejó a los dos hombres escoltando el sarcófago de David. Pero eran dos soldados, no dos científicos. Cuando inicié el proceso del despertar de David, ninguno de los dos sospechó lo más mínimo.

Estaba despertando a David en las propias instalaciones militares donde lo estudiábamos. Al despertar vio los cables que, aunque no funcionaban, seguían sujetos a sus sienes. Recordó en un segundo lo que Lisa le había dicho la noche anterior. Y al ver a su padre vestido con la bata de un doctor, enfureció. Creo que no lo comprendió en ese momento. Pero se contó los dedos, vio que eran seis (¿por qué en la Realidad Virtual le habíamos puesto sólo cinco?) y me miró de nuevo.

Esta vez sus ojos centelleaban con el fuego de la ira. Eran los mismos ojos del niño de cuatro años. Pero ahora habían perdido la inocencia. Eran los ojos de alguien que se siente traicionado por su propio padre, por su propia raza.

Vaporizó a los dos guardias armados que le estaban apuntando con sus rifles, y pasó por encima de mí en un vuelo perfecto. Aún no sé por qué no me mató. Creo que su rabia ciega fue lo que me permitió salir con vida del laboratorio aquel día.

El resto (su ira demoníaca, la destrucción de la Tierra, nuestro éxodo a los búnkers ocultos bajo el suelo... en suma, el Advenimiento) es Historia.

Mis compañeros de celda me preguntan a menudo si me arrepiento.

Claro que me arrepiento. Pero no de la destrucción del ser humano. Al fin y al cabo él es mucho más listo y más inteligente que nosotros; es, en suma, el siguiente escalón evolutivo.

De lo que me arrepiento es de que lo esterilizásemos cuando era un niño. De esa forma no sólo nos condenamos a nosotros mismos. También condenamos a una gloriosa y naciente raza de superhombres como él, que quizá hubiesen llevado la creación del ser humano a sus límites ulteriores. Aunque a veces me pregunto si entre sus poderes no estará el de la inmortalidad. No creo que ninguno de nosotros viva lo suficiente como para descubrirlo.

Sólo estoy seguro de una cosa. De que él nos encontrará, por muy profundamente que cavemos. Y de que cuando nos encuentre nos destruirá. Matará a su madre y a su padre, y tendrá el honor de ser el último hombre vivo sobre el planeta Tierra.

Aunque claro, él no es un hombre. Nunca ha sido menos que un Dios. De modo que su esterilidad tal vez era inevitable. El mundo no es lo suficientemente grande como para contener más de un Dios inmortal a la vez.

Que el diablo nos proteja de su ira.

sábado, 21 de octubre de 2006

Marcas de neumáticos y corazones rotos

Another aimless day, another useless night
I want peroxide hair, i want some neon light
I got a new life waiting, i can't wait to begin it
The thing that gets me down, being young in this town
Is there's no future in it

I want a fine perfume, how 'bout a blue corvette?
If there's a slower death than living here and now
They haven't found it yet
I need a man who knows what i'm really worth
And i don't give a damn about life after death
But i gotta get some proof that there's a life after birth

Tire tracks and broken hearts, that's all we're leaving behind
It doesn't matter what we lose, it only matters what we're going to find
Tire tracks and broken hearts, let's get away from the past
So many ways to stay hungry baby, so many ways to go fast

I want a push-up bra, i want some satin sheets
Give me some real rich food, i want some succulent sweets
I want you by my side, you'll be all my own
I don't know what i want half the time, but i know know
That i don't want to spend another minute alone

Tire tracks and broken hearts, that's all we're leaving behind
It doesn't matter what we lose, it only matters what we're going to find
Tire tracks and broken hearts, let's get away from the past
So many ways to stay hungry baby, so many ways to go fast

Those good girls never know what they're missing
But us bad girls almost always do
And what we're missing most are the real good times
I want them bad and i want them now

I was born going faster than the limits allow
I want it bad and i want it now
We were born going faster than the limits allow
Faster than the limits allow
Right here, right now!

Tire tracks and broken hearts, that's all we're leaving behind
It doesn't matter what we lose, it only matters what we're going to find
Tire tracks and broken hearts, let's get away from the past
So many ways to stay hungry baby, so many ways to go fast

I wanna show you what i want you to do
Where and when and how
I want it bad and i want it now
We were born going faster than the limits allow

I wanna show you what i want you to do
Where and when and how
I want it bad and i want it now
We were born going faster than the limits allow

Tire tracks and broken hearts, that's all we're leaving behind
It doesn't matter what we lose, it only matters what we're going to find
Tire tracks and broken hearts, let's get away from the past
So many ways to stay hungry baby, so many ways to go fast

sábado, 7 de octubre de 2006

La frase del día

"Soy tan vago tan vago que me entra pereza sólo de pensar en tener novia".