Estoy fumao. Uno de los recuerdos que me dejó antes de volver a Chile mi ex compañero de piso Benjamín fue un saquito de marihuana. Esta noche tengo excusa, así que aprovechando la coyuntura, voy a hacer la mayor locura que puede cometer un intelectual de la blogosfera (ejem): criticar al medio que satisface su orgullo onanista.
Y lo voy a hacer con una serie de hechos incontestables. Es decir, que nadie va a contestar estos hechos porque, francamente, esta bitácora no le importa a prácticamente nadie. Cosa de la que, en parte, me alegro... como demostraré a continuación.
Hecho Uno: Internet es una mierda
Toma patada en la entrepierna.
Los más jóvenes probablemente solo hayáis conocido en la Red de Redes casinos virtuales, nunca habréis recibido una invitación para probar el correo beta de Gmail, asumiréis con naturalidad que muchas respuestas a preguntas de programación solo son visibles mediante pago, desconoceréis lo que es la Usenet, el IRC y la netiqueta. Y respecto al porno... Bueno, siempre ha habido porno.
Internet ha dejado de ser aquel páramo de libertad, aquel viaje de autodescubrimiento que fue en sus inicios, y se ha convertido en un Second Life de redes sociales y páginas Web 2.0, en las que la gente no crea NADA, sino que se limita a escoger la ropa con la que vestir una pose carente de significado. Todo continente y nada de contenido.
Vacío.
La propia Wikipedia, a la que tanto defiendo y defendí, se ha quedado atascada en el camino que había iniciado para convertirse en el adalid de la democracia cultural, y actualmente es a la información lo que un plato de brócoli a la alta cocina: nutritivo pero insípido. Tocado de muerte el proyecto OLPC, que podría haber conseguido abrir la alfabetización digital y la cultura al Tercer Mundo, la Wikipedia ha tenido que reposicionarse.
Facebook, Tuenti o Keteke son otros ejemplos de la Internet cartón-piedra. Ésta será conocida como la época Facebook, igual que tuvimos la época Mamachicho en la televisón o la época Duke Nukem en los FPS. Mucho humo, muchas tetas y pocas nueces, si entendéis lo que quiero decir.
Hecho Dos: todos tenemos un sentimiento tribal de comunidad
En esta época
En este mundo de jennys y canis sin rumbo y, lo que es peor, sin valores de ningún tipo, da la sensación de que lo único que cuenta es sobrevivir a la inmundicia de tu propia vida mediante las pequeñas alegrías que produce el comprobar que la vida de los demás es peor.
Así, renace el concepto que puso de moda "El príncipe de Bel-Air" en los 80/90: la chorbo-agenda, aunque esta vez viene con relucientes efectos cromados y aplicaciones para satisfacer nuestros egos y nuestro deseo de pertenencia a una comunidad elitista.
Sin crear absolutamente nada, podemos etiquetarnos para que los demás puedan identificarnos fácilmente como "fans" de Eduard Punset o de "Faemino y Cansado"... aunque en realidad no somos más que fans de nosotros mismos y de nuestros patéticos anhelos de reconocimiento.
En esta época
Hecho Tres: tus problemas no le importan a nadie (excepto si son excepcionalmente freaks)
En un mundo así, es natural que surjan sastres especializados en confeccionar trajes invisibles; es un negocio con el que puedes vestir a toda la Corte, así que las ratas emergen de la alcantarilla para morderse los cuellos y luchar por el ovillo.
¿Y con qué hilo invisible se puede enhebrar la aguja de la indecencia? Lo bello que tiene esta cultura 2.0 es que es un sistema cerrado y retroalimentado, como esas pequeñas ecosferas llenas de camarones y algas que se comen y cagan mutuamente. El hilo invisible no puede ser otro que el propio Internet.
Así, uno tras otro nacen blogs sin contenido, que se limitan a enlazar videos, fotos o noticias de otros blogs, los cuales a su vez también han encontrado la noticia a través de otro blog... y así ad infinitum, ad nauseam en una espiral sin fin.
También existe otro tipo de blogs; son los de los veinte o treintañeros frustrados que descargamos el aburrimiento que nos produce nuestra anodina existencia contra una página en blanco, con la esperanza de que haya alguien que nos lea. Es la generación perdida, educada por la televisión, a los que se nos vendió un futuro que jamás termina de llegar, y que vomitamos nuestra ira camuflada en unos pensamientos por escrito, y generalmente inconexos (salvo honrosas excepciones) que, en realidad, no interesan a nadie, por suerte o por desgracia, aunque algunos pensemos equivocadamente que sí.
Esta bitácora, el artículo que estás leyendo en este mismo momento, es un excelente ejemplo de diario onanista escrito para mí mismo, aunque con la secreta esperanza de que alguien más comparta o discrepe de mis opiniones.
Google Analytics echa humo.
De nuevo el ego, esta vez teñido de una suerte de sadismo que utilizamos para ensañarnos con nuestros desprevenidos lectores, hasta que uno de nosotros tenga la desgracia de dar con un grupo especialmente activo de seguidores, con lo que será él quien se convierta en esclavo de su blog, en esclavo de sus lectores, en esclavo, en definitiva, de sus propios miedos.
A esto se le llama "mantener la pose", y es algo tan antiguo como las líneas editoriales. Una vez fidelizado un público, lo peor que puedes hacer es desviarte de las ideas que condujeron a ese público hasta ti... porque no solo lo perderás, sino que lo harás sintiéndote un miserable, insultado y vilipendiado por traicionar a tus lectores, que son los que te han encumbrado a lo que eres. Claro que siempre estás a tiempo de preguntarte: ¿...y quién cojones soy y qué coño hago aquí?
De todas formas podéis estar tranquilos, ya que lo normal es que antes de llegar a ese punto cualquier blog muera de inmovilismo, o lo que es lo mismo... de propio aburrimiento.
Conclusión
Dicen que el fenómeno blog está muriendo. Debería ser una buena noticia, si no fuese porque lo que lo sustituirá será mucho peor. Si ya era malo una bandada de cotorras graznando estúpidos discursos recursivos y recurrentes, ¿podéis imaginaros a una bandada de cotorras chillando lo mismo, pero más alto y con millones de pulgas chillando también, y con cazadores disparando a las cotorras y haciendo chillar aún más a las pulgas?
Lo siento, alguien te lo tenía que contar: lo que te he descrito es el futuro. Esto es el futuro que nos prometieron, el futuro que nos prometimos. Yo me bajo aquí, gracias. Ha sido un placer.
Me voy a dormir el pedo; buenas noches y buena suerte.
[ACTUALIZADO: ]
Ante el aluvión de comentarios sarcásticos, ofendidos o confusos, me veo en la necesidad de hacer la primera actualización de un artículo en los casi cuatro años que llevo escribiendo en esta bitácora.
YO TAMBIÉN USO FACEBOOK. Y precisamente por eso me planteé escribir un artículo sobre el uso y el abuso de la llamada web 2.0 (ó 3.0) y, mediante lo que a mí me parecía un estilo chulesco y divertido, dar un toque de atención sobre el uso irresponsable de lo que, como Pepe bien ha dicho, es ya una nueva forma de comunicación entre los más jóvenes.
Como usuario con canas en esto del internés, me veía en la obligación moral de dar mi opinión sobre el desastre al que puede llevarnos maleducar a toda una generación, al igual que el mal uso de la televisión jodió en los 90 a otra. Entended que estoy generalizando.
Por tanto, declaro que:
i) Este artículo no es una crítica contra los bloggers ni contra los usuarios de Facebook, Tuenti, Keteke, Flickr, Picasa, Fotolog, Twitter o cualquier otra comunidad/red social que se me pudo o pudiera haber ocurrido.
ii) Cierro el chiringuito por una temporada, digamos seis meses y un día, por coherencia con todo lo dicho. Una pena, porque últimamente mi nivel de popularidad había ascendido a niveles insospechados.
¡Hasta pronto!