Me separo de mi pareja. Se muere mi abuelo. Parece que mi abuela está cayendo en una nueva crisis depresiva. Iván y Paula tienen un trompo en la autopista. Alberto tiene agudos ataques de insomnio. Iván se esguinza un tobillo. Marcos tiene que ingresar a su abuelo en el hospital. Se muere el jefe de mi hermano con 35 años mientras estaba cenando...
¿Qué coño pasa? ¿Y qué va a ser lo siguiente? ¿Veremos a cuatro jinetes descender desde los cielos con llamas flamígeras y voces de ultratumba?
A ver si estas “felices” Navidades van terminando ya de una puta vez.
Ah, y una cosita más. Queridos Reyes Magos: si leéis este blog querría pediros como único deseo, por favor, quedarme exactamente como estoy.
sábado, 29 de diciembre de 2007
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5 comentarios:
Dentro de nada volveremos a la vida rutinaria en la vaguada.
La verdad, yo ya tengo ganas.
Tranqui David,
Es una racha, sólo eso.
Y ¿qué hay de todas las cosas buenas de estos días?
Sí, sí, la independencia, las vacaciones, volver a casa, tiempo para el proyecto, tu móvil nuevo, tu nacimiento nuevo, los turrones...
Chinoooo... un poco más de positividad!!!
Y todavia os poneis a jugar en el Cabo de Peñas...
Yo estaba negro, acaso no visteis "Destino Final"!!!!
Lo peor de todo es que yo NO tengo ganas de volver al curro.
Nah yo cada vez estoy más convencido de que estas fiestas cada año apestan más.
Para mi que el problema está en que la gente al estar de vacaciones y tener mucho tiempo libre le da demasiado a la cabeza.
Así que no te preocupes, cuando vuelvas a la rutina, ya no tendrás tiempo de pensar y lamentarte, sólo de currar.
Esa es la triste realidad...
Lo que yo saco como conclusión de todo esto es lo que en la antigüedad se decía "Carpe Diem" disfruta del momento, de la vida, de las cosas que van y vienen, vamos sácale todo el jugo que te da la vida, por supuesto que hay momentos duros, pero ¿quién no los ha tenido alguna vez?
Además ¿qué sería la vida sin sus altibajos? Menudo aburrimiento si todo saliera a pedir de boca y no nos tuvieramos que enfrentar a algún inconveniente, en un momento y lugar que han sido elegidos con muy mala uva.
Lo que no podemos hacer es vivir la vida con temor, porque eso ni es vida ni es nada.
Solo puedo decir ánimo, y vámonos a tomar unas cañas.
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