PERDIDOS y los monos enjaulados

En la tercera temporada ya nos lo avisaron (aunque nadie lo entendió) cuando metieron a Sawyer en una jaula y empezaron a darle calambrazos cada vez que quería conseguir comida.

La jaula

En esta season finale está cada vez más claro que las respuestas que los guionistas de la serie van a ofrecer son similares a la paradoja de los cinco monos enjaulados.

En un experimento se metieron cinco monos en una habitación. En el centro de la misma ubicaron una escalera, y en lo alto, unos plátanos. Cuando uno de los monos ascendía por la escalera para acceder a los plátanos, los experimentadores rociaban al resto de monos con un chorro de agua fría. Al cabo de un tiempo, los monos asimilaron la conexión entre el uso de la escalera y el chorro de agua fría, de modo que cuando uno de ellos se aventuraba a ascender un busca de un plátano, el resto de monos se lo impedían con violencia. Al final, e incluso ante la tentación del alimento, ningún mono se atrevía a subir por la escalera.

En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.

El mono nuevo, naturalmente, trepó por la escalera en busca de los plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre él y lo bajaron a golpes antes de que el chorro de agua fría hiciera su aparición. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a ascender por la escalera.

Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo inicial. El primer mono sustituido participó con especial interés en las palizas al nuevo mono trepador.

Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono, hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial habían sido sustituidos.

Las vendas

En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente. Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido nunca el chorro de agua fría. Sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los plátanos. Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido esta “No lo sé. Esto siempre ha sido así”.

Extraído de JavierMalonda.com

Mi primera reacción después de ver el capítulo "A través del mar" fue de estafa. Con el paso de los días estoy empezando a asimilar y a vislumbrar que, efectivamente, "Lost" puede ser la mayor estafa perpetrada contra millones de telespectadores. Pero una estafa digna de elogio, en la que los personajes se dan la vuelta y admiten que todos hemos sido estafados durante seis años. Que no hay respuestas. Que las acciones que cometemos diariamente pueden ser fruto de un hábito arraigado en unas creencias que no tienen ninguna base sólida. Que actuamos por condicionamiento.

La Isla/<sociedad/políticos/entorno> actúa de determinada manera, y los que están/estamos en ella actúan/actuamos por repetición, de manera que nuestros actos son predecibles. La Isla/<sociedad/políticos/entorno> no puede matarnos directamente, pero sí pueden hacerlo nuestros compañeros de viaje. El resto de los monos. Y la mejor manera para no ser asesinado es comportarte como uno de ellos. Resulta que "Lost" es, finalmente, una serie con un mensaje provocador. Se revela como una estafa ante los ojos de los telespectadores, en un gesto valiente (y suicida) cuyo único objetivo es que nos quitemos la venda que tenemos atada y tomemos las riendas de nuestra propia vida.

El condicionamiento

Tal vez si actuamos de otra forma, no suceda nada malo, al fin y al cabo. Pero solo podemos hacerlo si actuamos todos juntos. Si convencemos a los otros cuatro monos de que puede que no suceda nada si trepamos a por los plátanos que una Voz desde las alturas, grave y olvidada muchos años atrás, nos prohibió comer.

Mi error fue creer que podía cambiar el mundo solo. Tenemos que salir de la Isla, pero tenemos que hacerlo todos juntos, o no funcionará. Habrá muertos y tendremos que llorar a nuestros caídos. Pero la alternativa es seguir viviendo con miedo y pegándonos unos a otros.

Como dije hace tiempo, tienes que elegir. Eres candidato a ser un mono, o candidato a ser un hombre.

Yo elijo ser un hombre, y si me acompañas en esta aventura, juntos podemos soñar que es posible salir de la Isla y contemplar el mundo en toda su extensión y en toda su magnificiencia, con sus luces y sombras, tal cual es, y no como han querido hacernos creer que es. La sociedad de bienestar no existe, porque el bienestar no puede venir de afuera (las cosas) hacia dentro (nosotros), sino que el bienestar va en el otro sentido, de adentro hacia fuera.

Acompáñame a explorar el camino, para ver cómo podemos irnos de la Isla. La diferencia entre huir y correr hacia delante es el miedo.

Líbrate del miedo y corramos juntos hacia la libertad.