Apoya Wikipedia Por la neutralidad de la red Apoya Wikileaks! Vota a otros

sábado, 22 de agosto de 2015

Un cambio de órbita

Tal día como hoy hace diez años empezaba la aventura madrileña que la mayoría conocéis. Fue entonces un tiempo de cambios vitales, en los que empezaba a trabajar por primera vez, me iba a vivir fuera del hogar de mis padres, iba a compartir piso, iba a generar un nuevo y amplio círculo de amigos, iba a mantener mi primera relación sentimental profunda. En definitiva, iba a dar un salto de piñón en la bicicleta de la vida.

Diez años después intuyo otro cambio de piñón... el tiempo dirá si ha sido de subida o de bajada. He vuelto a vivir a Asturias, me he casado, me he comprado coche, he comprado mi primera propiedad inmobiliaria (un garaje para poder añadir un trastero, no os alarméis) y voy a empezar a trabajar en Gijón. Nuevos amigos y viejos amigos, nuevo entorno y viejo entorno, nuevo trabajo pero mismo trabajo.

Como digo, es un cambio de ciclo con varias capas de cebolla. Si rascamos un poco, podremos ver que bajo la capa de cambio se oculta una etapa en la que vuelvo a reencontrarme con muchas cosas de mi pasado. Confío en que se trate de una espiral creciente, en la que a los 360º vuelvo a reencontrarme, y tal vez reconciliarme, con facetas de mi pasado de las que no guardo precisamente el mejor de los recuerdos... pero en una órbita mayor, gracias a las habilidades adquiridas estos últimos diez años para poder ser Consciente, agradecer todos aquellos recuerdos y reconciliarme con ellos, asumiéndolos como parte de un crecimiento vital que me ha hecho llegar hasta donde ahora me encuentro.

Nuevos amigos y viejos amigos: no hay duda de que algunas amistades de Asturias se han enfriado. Algunas de esas amistades son un recuerdo agridulce de un pasado en el que no estaba satisfecho con mi vida. Agrio porque son el recuerdo de aquellas noches pasadas en vela en la que nos dejábamos llevar por la gente, el momento y el alcohol, sin que lo que hacíamos fuese realmente algo que nos gustara. Dulce porque siguen siendo, al menos en mi mente, buenos amigos.

Nuevo entorno y viejo entorno: voy a trabajar en el Parque Tecnológico de Gijón, a escasos trescientos metros de la facultad de Informática donde pasé siete años de mi juventud. También agridulces son los recuerdos de aquellos años: aunque hay cosas de esa época y de esa facultad que recuerdo con desazón, falta de confianza, inseguridad e incluso hastío, no puedo negar que también en aquellos años adquirí muchas habilidades importantes para mi posterior devenir profesional, y reafirmé algunas amistades que siguen siendo importantes en mi constelación de amigos. Incluso conocí a amigos con los que más tarde coincidiría en Madrid, e incluso con algunos de ellos llegué a compartir piso.

Nuevo trabajo y viejo trabajo: con una extraña vuelta de tuerca, vuelvo al mismo trabajo con el que me fui a Madrid (en realidad una gran compañía absorbió a la pequeña compañía con la que me fui a Madrid, y ahora esa gran compañía va a abrir una delegación de consultoría en Gijón). Sin duda éste tal vez sea el reto principal. Salí bastante quemado del mundo de la consultoría, jurando una y mil veces (como en un tango de Gardel) que no volvería a él por nada del mundo. Sin embargo, una oportunidad de retornar a Asturias con un trabajo interesante y con un buen sueldo, no se presenta tan a menudo, así que la balanza se decantó finalmente por el lado de los "pros".

Para manejar todos estos retos de integración, mis herramientas principales van a ser las habilidades de asertividad, inteligencia emocional, gestión del esfuerzo y del estrés y, sobre todo, la Observación Consciente. Cada vez estoy más convencido de que se puede ser feliz en cualquier circunstancia y de que todo lo que nos pasa, tanto lo bueno como lo malo, solo se debe a nuestras creencias y nuestros valores, que determinan nuestra conducta frente al entorno, sea hostil o benigno.

Por otro lado, mi gran bastión en la retaguardia es sin duda mi compañera, Tania, que sé que va a estar ahí para ayudarme en todo lo que pueda.

Porque este cambio de piñón, sin duda, tiene como objetivo comenzar de verdad una nueva vida juntos, construir un Hogar en el que podamos ser felices y ampliar la familia, si Dios quiere, y continuar desarrollándonos en todos los niveles... pero esta vez juntos de verdad. Porque dos naranjas completas hacen mejor zumo que dos medias naranjas o que una naranja sola.

Así que, vomitado todo esto, solo me queda lanzar el grito de guerra paz: ¡Allá vamos Asturias!

1 comentario:

Ivan Arrizabalaga dijo...

Te habia escrito un pequeño rollo sobre el tiempo, la maduracion y la fruta del cantabrico, pero te lo voy a ahorrar.

Me encanta saber q estas x aqui nos vemos pronto.

Abrazos!