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domingo, 2 de septiembre de 2007

Death Proof

Anoche fui a los cines de la Vaguada a ver Death Proof con Alberto y Ana. Voy a dar apenas cuatro pinceladas.

Lo mejor que se puede decir de Death Proof ("A prueba de muerte") es que es una película bastante divertida. Tiene 4 ó 5 momentos hilarantes de humor negro, y sólo por eso ya merecería la pena ir a verla.

La banda sonora no defrauda, como es costumbre en Tarantino, aunque creo que no hay ningún tema que destaque sobre los demás, y que se vaya a hacer famoso.

En esta película Tarantino empieza a utilizarse a sí mismo como referencia. Aunque es una obviedad a estas alturas decir que Tarantino es la batidora de la cultura pulp americana, en Death Proof utiliza recursos y referencias auténticamente suyas.

También es destacable el hecho de que la película está muy próxima a Kill Bill en varios frentes. Por un lado, en el elenco de actrices femeninas que protagonizan la cinta, y que son las que llevan la voz cantante. El antagonista es masculino en ambas cintas, y en ambas películas apenas aparece excepto cuando debe interactuar con las mujeres. Mujeres fuertes en las dos películas, que persiguen al hombre para cumplir una venganza.


Los diálogos siempre han sido marca de la casa, aunque tengo que decir que en las dos últimas películas los diálogos de Tarantino me están empezando a aburrir un poco. Efectivamente, tanto en Kill Bill (sobre todo en el volumen II) como en Death Proof hay un enorme porcentaje de cinta que parece estar "rellenado" con diálogos que, si bien van perfilando la psicología de los personajes, también dilatan en exceso la espera de lo que todo fan de Tarantino espera: ostias y macarradas a diestro y siniestro entre personas duras que se mueven en un mundo cínico y mortal.

Como es sabido, Tarantino ha querido dar un look de años 70 a la cinta, añadiendo ruido y suciedad al aspecto del celuloide, imitando el desgaste que sufrían las cintas pulp en aquellas míticas sesiones dobles. Incluso los créditos iniciales imitan esta estética, algo que también la une a Kill Bill, así como algunos planos, movimientos de cámara, utilización del blanco y negro y del zoom. El propio Tarantino firma la fotografía de Death Proof.

Pero sin duda lo que uno más recuerda de la película es la aparición de Zoë Bell, la que fuese doble de Uma Thurman en Kill Bill, haciendo de sí misma. Todo un acierto, ya que para combatir a Kurt Russell (un stuntman venido a menos), ¿quién mejor que la verdadera stuntwoman de La Novia?

Y, por supuesto, el resto de mujeres. Tarantino no se corta un pelo a la hora de mostrar la voluptuosidad de Rosario Dawson, Vanessa Ferlito o Sydney Poitier. Cosa que el espectador masculino heterosexual agradece en grado sumo.

En resumen, Death Proof no pasa de ser un divertimento de Tarantino. Que nadie se espere un Pulp Fiction. Y si tuviésemos que guiarnos por sus dos últimas películas (Kill Bill y Death Proof), parecería que la senda por la que pueden ir sus próximos proyectos está clara. Pero si algo tiene Tarantino es su capacidad de sorpresa, de manera que sus seguidores debemos continuar soñando con sus próximos arrebatos de locura.

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