Y además Madrid.
Uf.
Desde luego Madrid no es un sitio fácil para todo el mundo. Pero con un pequeño esfuerzo, hay joyas escondidas en la capital de España que aún están a descubrir por los propios madrileños. Lo que hace que esas joyas refuljan con más fuerza y sorprendan con más energía a sus visitantes inesperados.
Algunas de sus piedras preciosas están en sus desconocidos parques. Salvo el Jardín del Buen Retiro (que como su propio nombre indica no es un parque sino un jardín), el resto de los parques de Madrid apenas son una mancha verde en el imaginario colectivo madrileño.
Uno de ellos es el parque de la Quinta de los Molinos, cuya foto ilustra esta entrada.
Un oasis olvidado que mira cara a cara a la calle Alcalá, y que en primavera se transforma, pasando de ser un parque en el que perderse leyendo, a ser un parque de numerosos, exuberantes y olorosos almendros en flor, que embargan al visitante de aromas y colores que jamás pensó que pudiera descubrir entre esas calles.
En mi opinión, una cita ineludible para todo aquel que quiera conocer el "Madrid de los
2 comentarios:
Me encanta esta entrada y la foto más.Fue un paseo estupendo!
A mi me encanta que me haya nombrado, yujuuuuuu
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